jueves, 26 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

UN DÍA MUY TRISTE




Hace nada me han dado la triste noticia de la muerte de Vicente. No puedo añadir nada más, todos lo conociamos, y yo todavía no me lo creo. Desde aquí, mi más sentido pesame a su familia y a toda la Peña el Chupito.

Isis - Holy tears

Sin duda son la hostia como grupo y son la hostia haciendo videos musicales. flipantes.

...y de telonero...MARK LANEGAN


...estaba yo con Juan Carletes en mi casa de Pablo Casals (aquí, de Madrid) calentando motores para el concierto de los Depeche Mode de este lunes 16 de noviembre...cuando...nos preguntamos: ¿quién será el grupo telonero de los Depeche?.....
...y entonces..por arte de virli virloque nos cruzamos con un nombre: SOULSAVERS...parecía que no decía mucho, pero al fijarme en la foto de la noticia creí identificar esa perilla molona (ahora canosa, por el paso del tiempo)...y...efectivamente y sí...al leer un poco más abajo se confirmo lo que mis nervios me estaban diciendo hacía 20 segundos....[transcribo] en este tercer álbum (Broken), Mark Lanegan aparece una vez más como vocalista principal, así como partícipe de los conciertos de la banda....
aleluya hermanos!!!!!!!!!!!!!!!!!

martes, 17 de noviembre de 2009

FELICITA AL CHACHE RAGE!




Cómo diría Sergio: ¡Menudos 18 años . . .!

lunes, 16 de noviembre de 2009

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA REALIDAD SIEMPRE SUPERA A LA FICCION





En 1942, jugadores del Dynamo Kiev fueron ejecutados por los nazis, tras ganar un partido. Los sucesos que luego distorsionó Hollywood en "Escape a la victoria".
La incorregible tendencia que tiene la industria del cine a darle un final feliz a ciertas historias hizo creer a una generación de jóvenes que realmente un equipo de prisioneros de guerra había escapado de los nazis en medio de un partido de fútbol. Las épicas imágenes de "Evasion o victoria", con Pelé, Ardiles y Bobby Moore, se basaban, efectivamente, en hechos reales. Pero la verdad es que esos episodios terminaron con cuatro jugadores ejecutados por los nazis en el tibio otoño de 1942, cuando Kiev se desangraba y quedaba vacía de gente y desbordada de muerte.
Avanzada ya la Segunda Guerra, Alemania atacaba a Rusia. El Dynamo se entrenaba habitualmente en el estadio Zenith, y con los primeros bombardeos los jugadores escaparon a las afueras, aunque retornaron horas después. Escape a ningún lado. En ese estadio, ahora refugio, los sorprendió la ocupación nazi. Como cualquier ciudadano, en tal situación se sometieron a las nuevas reglas y la mayoría encontró trabajo en una panadería. Reconocidos como futbolistas por los alemanes, se les ofreció entrenarse en el Zenith y jugar una serie de partidos con las fuerzas militares de ocupación. Cuesta creer que alguien decida jugar a ganar sabiendo que eso puede condenarlo a una muerte segura. Pero, todas las fuentes coinciden, fue lo que ocurrió.
El Dynamo se rearmó con el plantel sobreviviente tras casi un año de ocupación, hambre y servidumbre. El 12 de junio de 1942, rebautizados Stars y reforzados con ex futbolistas del Lokomotiv Kiev, los ucranianos ganan 4-1. Y días despues, 6—0. Luego los nazis presentaron un equipo húngaro no aficionado, que perdió 5—1 y 3—2. Sobre la goleada, la prensa controlada comentó: "Pese al resultado, se puede decir que son dos equipos de igual valía".
El domingo 9 de agosto del 42, en Kerossina 24 —lugar del estadio— los afiches anunciaban el último partido como "la gran revancha". Con la entrada a 5 rublos, esta vez juega la Lufftwafe, la muy entrenada fuerza aeronáutica nazi. El comandante de ocupación, general Major Eberhardt, preside el palco. Con la Lufftwafe perdiendo 2-1, en el entretiempo baja al vestuario local y advierte: "El equipo de las Fuerzas Armadas Alemanas no ha perdido nunca, menos en territorios ocupados". Una "invitación" a dejarse ganar que no detiene a los ucranianos. Cuando meten el quinto gol, la delegación oficial se retira.
La tentación de ganar, tal vez la rebeldía y el espíritu patriótico, superaron la amenaza de militares que habían dado pruebas de su crueldad. Terminado el partido, un camión trasladó a los jugadores y, horas después, en Baby Yard, fueron ejecutados el arquero Mykola Trusevich, Ivan Kuzmenko, Olexiy Klimenko y Mykola Korotkikh. Hoy los recuerda un monumento frente al estadio.

viernes, 6 de noviembre de 2009

...aquí están de nuevo...OJITO!!!!

(corto y pego de la grande 'mondosonoro')
Escucho el disco de Andrew Stockdale y la cuadrilla que ha juntado a su alrededor para seguir manteniendo vivo el tirón que logró con su primer trabajo como Wolfmother y me viene a la cabeza que este chico tiene muchas cosas en común con Dave Grohl (Nirvana, Foo Fighters). Para empezar los dos tienen pinta de ser buenos chicos; ambos afirman no tomar drogas, pese a estar en el vicioso y viciado mundo del rock, además aman a Led Zeppelin por encima de todas las cosas y son más listos que el hambre. Y son listos porque están demostrando que saben regurgitar a la perfección toda esa música que han mamado desde pequeños y mostrarla con un barniz, un acabado, un tuneado brillante, esplendoroso, vital. Y no era fácil en el caso de Wolfmother máxime cuando has estado cuatro años sin sacar disco y corres el riesgo de fundirte en el olvido. Pero no. Este Cosmic Egg es un acierto en sus postulados clásicos gracias a que las melodías funcionan a la pefección apoyadas por una instrumentación más que sólida, contundente (me gusta hasta la balada y mira que es facilona). Y lo mejor de todo es que lo hace a pesar de que no puedes evitar ver el aura vital de Ozzy Osbourne, Josh Homme, Jimmy Page, pero también de Soundgarden o incluso The Cult (otros expertos en el arte de reciclar los viejos riffs de siempre y presentarlos de forma lustrosa, efectiva y bella) por todas partes a lo largo de los doce temas que componen un disco que, no sólo es resultón, sino que encima tiene la capacidad de inocularte el virus del rock de nuevo. Una gripe con la que tienes ganas de desempolvar los discos de Blue Oyster Cult que yacen en las estanterías de ese viejo roquero, reciclado en moderno gafapasta, en el que te has convertido traicionando, de paso, el espíritu que te vio crecer. Todo un acierto este huevo cósmico que desde luego no inventa la sopa de ajo, pero no veas como pica el cabrón.